Sabemos que muchos conocen la historia de las reformas agrarias, pero, ¿conocen en realidad la historia del campesinado? ¿se han puesto a pensar seriamente en lo que esconde la frese Tierra o Sangre?

El campesino es una de las principales figuras de una sociedad, como siempre no han enseñado, todo trabajo es importante para llevar adelante la economía de un país. Ellos se levantan cada mañana desde muy temprano, antes de que salga el sol, siembran, abonan y trabajan la tierra, para extraer muchos de los alimentos que llegan a nuestro mercado.

Al triunfar la Revolución Cubana en 1959, uno de los sectores más disminuido socialmente y con condiciones de vida inferiores al resto de la población cubana eran los campesinos. Por ello, en la campaña por la reforma agraria, Fidel y sus compañeros muestran las cifras de la precaria salud de los campesinos, la falta de comunicación en el campo, de electricidad y de las más elementales normas sanitarias.

Las distintas reformas agrarias han cambiado en profundidad al cubano en las últimas décadas. En relatos de estas fechas históricas Antonio Nuñez, recuerda:

Terminada la ceremonia de la firma, Fidel asciende por el bosque hasta la planta de Radio Rebelde, donde el capitán Jorge Enrique Mendoza, Violeta Casals y otros compañeros han ido informando al pueblo de las incidencias del extraordinario acto del 17 de mayo.

“…¡Aquí, Radio Rebelde!…”, identifica la pequeña planta, como en los días de la heroica guerra.

Mendoza, con gran seguridad en su voz, anuncia:

Pueblo de Cuba:

Para quienes hemos tenido el alto honor ante la historia de presentar en plena guerra al doctor Fidel Castro, es una oportunidad imborrable traerlo nuevamente a los micrófonos de Radio Rebelde, en el mismo escenario en que se transmitían a Cuba los alientos de esperanza de un futuro mejor y muy próximo. Los sueños se han convertido en realidad y en esta misma cabina de transmisión, donde muchas veces le dirigimos nuestra palabra al pueblo de Cuba, viene hoy, una vez triunfante la Revolución, el hombre que no ha olvidado los escenarios de la guerra ni a los campesinos que tanto le ayudaron en la causa a favor de Cuba; viene hoy, repito, para hablarle a nuestro pueblo de la más hermosa de todas sus realizaciones, la más formidable de todas las obras de la Revolución: sobre la Reforma Agraria. Pueblo de Cuba, desde La Plata, en la Sierra Maestra, como en los días de la guerra y por los micrófonos de Radio Rebelde, el doctor Fidel Castro Ruz.

Sin embargo, antes de llegar la primera ley de reforma agraria, hubo otro momento en donde se defendieron a capa y espada los derechos del campesinado cubano.

Al frustrarse la revolución popular que derrocó al dictador Gerardo Machado, en 1934, las luchas campesinas del Realengo 18, sitio donde por primera, vez en la década de los años 20, se proclama la consigna de “Tierra o sangre”. En ese escenario, Lino de las Mercedes Álvarez y sus seguidores demostraron la esencia del campesinado guantanamero en sus luchas en defensa de la tierra en Cuba.

En aquella oportunidad el campesino guantanamero Lino de las Mercedes Álvarez, teniente del Ejército Libertador, junto a otros campesinos enviaron un telegrama al presidente Carlos Mendieta, para solicitar justicia por parte del gobierno, en el intento de arrebatarles la tierra.  

No obstante, en junio de 1935, la compañía Corralillo S. A., mantiene entre sus propósitos expulsar a los lugareños de sus tierras y reiniciar los deslindes. Ante esta situación y apoyados por el Partido Comunista, los lugareños se levantaron nuevamente en pie de lucha y convirtieron a aquel movimiento en el más consecuente y revolucionario de los campesinos cubanos.  

Con arrojo, Lino de la Mercedes Álvarez, condujo las luchas contra estas y otras sociedades extranjeras, además de los terratenientes que intentaron expulsarlos de las tierras de Realengo 18. Estos enfrentamientos no acabaron con derramamiento de sangre porque los soldados apreciaron que serían abatidos por los intrépidos campesinos.

La historia de nuestro campesinado esta lleno de hombres decididos, arrojados y valientes que defienden sus tierras por encima de todo.  Por eso, un día como hoy exaltamos el compromiso de los campesinos y campesinas que cada día con su trabajo, impulsan el desarrollo económico del país, contribuyen a la nuestra seguridad alimentaria y conservan las tradiciones que son parte de nuestra idiosincrasia.

Hoy es una oportunidad para establecer un diálogo sobre la historia de los campesinos, la importancia de su rol, así como comprender las dificultades que afrontaron y aún pasan a diario, para agradecerles y mostrarles nuestro más sincero apoyo.

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